Fluir!

…y vivirá todo lo que entrare en este arroyo Ezequiel 47:9

Jesus nos dijo en Juan 10:10, “El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia..” ¿Cuál es entonces la clave para experimentar este vida abundante? Creo que tiene que ver con el reconocimiento de que Dios es nuestra fuente y que todo lo que necesitamos fluye de nuestra relación con él. En Ezequiel 47:1-12 hay un interesante pasaje de la Escritura acerca de un flujo de agua que viene del templo de Dios que el profeta vio en una visión:

Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente: porque la fachada de la casa estaba al oriente: y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al mediodía del altar. Ezequiel 47:1

El profeta Ezequiel continúa relatando cómo él y su guía seguian el flujo de agua río abajo y descubrieron que crecía en profundidad:

Y saliendo el varón hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hízo pasar por las aguas hasta los tobillos. Y midió otros mil, y me hízo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me  hízo pasar por las aguas hasta los lomos. Y midió otros mil, é iba ya el arroyo que yo no podía pasar: porque las aguas se habían alzado, y el arroyo no se podía pasar sino a nado. Y me díjo: ¿Has visto, hijo del hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del arroyo. Ezequiel 47:3-6

Por lo que el flujo del agua, que es una fuente de la vida, viene del templo. ¿Y cuál es el significado del templo? Recuerda que en el Nuevo Testamento nuestros cuerpos se conocen como templos del Espíritu Santo:

“Respondió Jesús, y les díjo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré…Mas él hablaba del templo de su cuerpo. Juan 2:19-21

No sabes que tu eres el templo de Dios, y que el Espiritu de Dios vive en ti? 1 Corintios 3:16

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio: glorificad pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:19-20

Un número de expositores de la Escritura, como Andrew Murray en su artículo Lecciones del Templo judío, han señalado que las tres partes del ser humano (cuerpo, alma y espíritu) son análogas a las tres partes del templo judío: el patio externo, el lugar santo y el lugar santisimo donde la presencia de Dios habitaba. Y qué tipo de actividades se llevaban a cabo en el templo? Hubo ofrendas, sacrificios por el pecado, el culto, la enseñanza y los reglamentos que deben seguir.

¿Qué otras referencias podemos conectar a este pasaje de Ezequiel? Hubo dos ocasiones en que debemos tener en cuenta cuando Jesús mencionó el agua:

Respondió Jesús y le díjo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá á tener sed; Mas el que bebiere del agua que yo le daré, para siempre no tendrá sed: mas el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:13-14

Mas en el postrer día grande de la fiesta, Jesús se ponía en pie y clamaba, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su interior. (Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él: pues aun no había venido el Espíritu Santo; porque Jesús no estaba aún glorificado.) Juan 7:37-39

Es posible, entonces, a medida que aprendemos al funcionar como templo de Dios, que  la vida que fluye de Dios emane de nuestras vidas, al mantener una relación correcta con Dios por medio del Señor Jesús por:

  • ser continuamente limpiados del pecado (1 Juan 1:9)
  • darle ofrendas y alabanzas (Hebreos 13:15)
  • seguir los mandamientos de amar a Dios y al prójimo (Mateo 22:37-40)
  • perdonar a quienes nos han ofendido (Marcos 11:25-26)
  • hacer que su señorío sea la primera prioridad en nuestra vida (Mateo 6:33)

Sí, lo creo. Esforcémonos por lo tanto, en mantenerse en contacto con y bajo la influencia del Señor Jesús. Entonces veremos necesidades satisfechas y las cargas levantadas, no sólo en nuestras vidas, sino también en las vidas de quienes nos rodean.