Superando Pruebas, luchas y tribulaciones

Cualquiera que haya viajado en el mar sabe que no siempre se espera una navegación calma. Fuertes vientos, tormentas, olas gigantes, niebla, témpanos de hielo, arrecifes, o peligrosas rocas, todos son peligros para el viajero. Tampoco los cristianos esperamos navegar a través de la vida sin encontrar dificultades, desafíos y obstáculos. Cada uno de nosotros encontrara pruebas, luchas y tribulaciones, que ponen presión en nosotros ya sea física, emocional, financiera o espiritualmente. Que podemos hacer cuando las pruebas y las tribulaciones vienen a nuestra vida? Como podemos prepararnos para enfrentar difíciles desafíos? Tales preguntas como estas estaban en la mente de los discípulos de Jesús en una ocasión que tuvo lugar cuando ellos estaban viajando en bote cruzando el mar de Galilea. Mientras Jesús estaba durmiendo vino una tormenta furiosa y casi hundía el bote. A menudo somos como esos discípulos que no tenían ni idea de lo que debían hacer cuando se encontraron en esa prueba. Afortunadamente, el SeñorJesús estaba allí para venir en su ayuda. Aunque después los reprendió por su falta de fe.

El Apóstol Pedro nos recuerda que no deberemos sorprendernos cuando las pruebas, luchas y tribulaciones vienen a nuestras vidas. Como ven, tenemos un adversario que desea impedir nuestro crecimiento espiritual. El desea mantenernos en la esclavitud del temor, indefensos e inefectivos y negar las bendiciones que son nuestras como hijos de Dios. Y el quiere impedirnos de alcanzar el destino que Dios tiene en mente para nosotros. El diablo usa las tribulaciones para hacernos dudar en las promesas de Dios y para robar la palabra de Dios que hemos recibido en nuestros corazones.

El Señor por el otro lado, desea que usemos estos tiempos de pruebas y tribulaciones:

  1. para desarrollar nuestra fe en el
  2. Para poner en practica los principios para superar los obstáculos
  3. y para traer a El Gloria al triunfar sobre los desafíos que enfrentamos.

Ves, no es el propósito de Dios de golpearnos, sino llevarnos a un nivel más alto de madurez espiritual. Es el propósito de Dios, como Romanos 8:29 nos dice, porque cada creyente debe ser conformado a la imagen de su Hijo. Y la única forma de que nosotros podamos alcanzar ese nivel superior es a través de la situaciones desafiantes; como el Apóstol Pablo les dijo a los creyentes en Antioquia que entraremos al Reino de Dios a través de muchas tribulaciones (Hechos 14:22) Sucede que lo que sucede dentro nuestro es mas importante de lo que nos sucede en nuestro exterior.Recuerda esta declaración y que haga raíz en tu espíritu. Esta es la verdad que el Apóstol Pablo deseaba que los creyentes de Corinto entendieran cuando el escribió en 2 Corintios 4:

Porque esta leve tribulación momentánea, produce en nosotros un sobremanera alto y eterno peso de gloria; No mirando nosotros á las cosas que se ven, sino a las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4:17, 18

Lo que nos sucede no es tan importante como la forma en que respondemos a los eventos que suceden en nuestras vidas. Es al responder en la forma correcta que somos capaces de progresar hacia nuestros sueños. Dios nos da a cada uno un sueño por que luchar. Pero para algunos de uds. estos sueños aun no han sido logrados. Se han encontrado con muchos obstáculos y contratiempos y ahora sus sueños parecen distantes e inalcanzables. Estos son obstáculos que vemos. Pero Pablo nos recuerda que no prestemos atención a las cosas que vemos porque son temporarias; están sujetas al cambio. Más bien deberíamos fijar nuestros ojos e el resultado final, en el sueño que Dios nos ha dado. Esta fue la actitud de José. En Génesis 37 leemos sobre José y sus hermanos. José, el hijo mas joven de Isaac tuvo un sueño que un día su familia se inclinaría ante el. Los hermanos de José estaban celosos de el y no pensaban mucho en sus sueños. Conspiraron en contra de José y el termino como esclavo en Egipto. Luego fue falsamente acusado por la esposa de su patrón y fue enviado a la cárcel. Oh, Las cosas no iban bien para José. Pero, esto es como se veían las cosas en lo natural. Pero José no permitió que sus problemas dictaran su actitud. Sino que el permaneció fiel a Dios y no se olvido del sueño que Dios le había dado porque José entendió que lo que nos sucede no es tan importante sino como respondemos a los eventos que suceden en nuestras vidas. El mantuvo sus ojos en lo todavía no se veía. Y vean lo que sucedió. Esos obstáculos y contratiempos no eran suficientes para retener el sueño que Dios deseaba realizar a través de José. Un día era solo un prisionero, fue llamado a interpretar el sueño para el Rey de Egipto y en un instante fue elevado a posición de Primer Ministro.

Vamos a aplicar esto a nuestras vidas: ¿Las tribulaciones, luchas y pruebas, desafíos y dificultades previenen a tu sueño de ser una realidad? Tal vez te has dado por vencido a tu sueño, pero estoy aquí esta noche que Dios no se ha rendido a tu sueño. Tal vez estas sin esperanza o fortaleza para seguir el sueño que Dios ha plantado en tu corazón pero la Biblia nos dice que: “Mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán,” Isaías 40:31. Si estamos haciendo nuestra parte, esto es siendo pacientes y permaneciendo fieles a la visión que Dios nos ha dado, entonces el Señor continuara obrando, a menudo detrás de la escena. Y podemos ver ahora el resultado final que el Señor realizo en la vida de José.

Fue la paciencia y fidelidad que demostró José que ayudo a traerlo al lugar donde Dios realizaría sus sueños. Lo mismo ha sido verdad en mi vida. Cuando tenia solo 20 años de edad entendí que el Señor me estaba llamando a ser un misionero; pero yo experimente dificultades y contratiempos a buscar cumplir la tarea para mi vida. Allá por 1984 me gradué del Seminario Bautista en Kansas City, Missouri y me mude a un pequeño pueblito en el estado de Ohio a pastorear una pequeña iglesia misionera. A la iglesia no le iba muy bien, y después de que yo había estado allí por unos pocos meses no venia casi nadie, así que aquellos a cargo cerraron la misión. Entonces me mude a la ciudad de Dayton, Ohio y continué buscando a una iglesia donde pudiera servir y pudiera ganar la necesaria experiencia que necesitaba para calificar para servir en el campo misionero. Pero repetidamente fui rechazado. Así que finalmente en 1987 volví a mi estado en Georgia y volví a la escuela para estudiar ciencias de la computación. Después de graduarme en 1990 trabaje en el campo de la computación por 9 años. Para mi el sueño de Servir a Dios en el campo misionero parecía muerto; yo estaba prestando demasiada atención a las cosas que podía ver. Pero Dios estaba trabajando detrás de la escena. El estaba usando este periodo de mi vida para prepararme para el futuro que estaba planeando. La Biblia nos dice que: “Antes bien, como está escrito: Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman. Pero Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu…” 1 Corintios 2:9, 10. También dice en Gálatas, “No nos cansemos, pues, de hacer bien; que a su tiempo segaremos, si no hubiéremos desmayado,” Gálatas 6:9.

Fue a fines de los 90 que el tiempo apropiado llego para que mi sueño se realizara. En ese tiempo el Señor comenzó a guiarme para que me preparara para mudarme a otro país. Yo vendí muchas de mis posesiones y deje mi ocupación de programador de computadoras y me fui a América Central. Fue allí en el pequeño país de Belice donde encontré oportunidades para compartir el evangelio, enseñar la palabra de Dios y comenzar a hacer realidad el sueño que Dios había puesto en mi corazón.

Entonces no permitan que los sueños que Dios ha puesto en su corazón desaparezcan. Para todos nosotros el Señor tiene un destino y un propósito. Aunque las pruebas, luchas y tribulaciones vengan a nuestras vidas, Cristo nos recuerda en Juan 16:33 que el ha vencido al mundo. Además hemos renacido con Cristo, el ungido, a una nueva vida y el Padre nos ha equipado con su palabra y ha puesto su Santo Espíritu dentro de nosotros. Así al continuar en los caminos de nuestro destino que Dios tiene para nosotros no debemos olvidar que las pruebas y tribulaciones nos sirven, no para debilitarnos, sino para hacernos más fuertes.

Nos realza de la misma forma como el orfebre refina el metal precioso. La Biblia habla como Dios nos refina como el oro y la plata. El escritor de los salmos dice en Salmo 66,

“Porque tú nos probaste, oh Dios: Nos ensayaste como se afina la plata.,” Salmos 66:10. Y Pedro nos dice en 1 Pedro 1:

En lo cual vosotros os alegráis, estando al presente un poco de tiempo afligidos en diversas tentaciones, si es necesario, Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuera manifestado. 1 Pedro 1:6, 7

El propósito de refinar el metal como el oro o la plata es para sacar las impurezas. Nosotros también tenemos impurezas en nuestros motivos o deseos, en nuestro hablar, en la forma que hacemos las cosas. Pero el Señor nos puede liberar de esas impurezas al aprender a aplicar su palabra en nuestras vidas. Y esa es la elección que tenemos que hacer cuando nos encontramos en las pruebas. Tenemos la elección de ya sea reaccionar de acuerdo a nuestra naturaleza humana (esto es la carne) o de acuerdo a los principios de la palabra de Dios. Y esto lo podemos hacer al aprender a aplicar los principios que la palabra de Dios nos da para tratar con la pruebas, luchas y tribulaciones. Es falta de conocimiento, de acuerdo a Óseas 4:6, la causa por la cual la gente perece. Pero ese no tiene que ser el caso de nuestras vidas.

¿Cuales son entonces los principios de la palabra de Dios que podemos poner en practica, cuando vienen las pruebas, luchas y tribulaciones?

Reconocer que cualquier evento o problema que estas enfrentando es una prueba

Primero, tenemos que reconocer que lo que estamos experimentando en una prueba o una tribulación. Algunas veces no vemos que la situación en la que estamos es para que utilicemos nuestra fe y los principios de la palabra de Dios. A menudo pensamos que podemos enfrentar cualquier situación que se presente en nuestras vidas de acuerdo a nuestra propia fortaleza y sabiduría. O esperamos demasiado y permitimos a las circunstancias que se vayan fuera de control antes de empezar a utilizar los principios de Dios. Es muy malo que no tengamos un pequeño dispositivo que nos advierta que estamos experimentando una prueba y que no deberíamos continuar sin primero conectarnos a los recursos que Dios ha dispuesto para nosotros. Cuando fallamos en reconocer que estamos tratando con una prueba o tribulación estaremos probablemente tomando malas decisiones y empeoraremos el asunto. Luego empezaremos a sentir la presión y empezaremos a seguir los dictados de la carne en vez de la guía del Espíritu de Dios.

Para que respondamos correctamente y apropiadamente a las dificultades que enfrentamos deberíamos reconocer que la prueba o tribulación vienen a nuestra vida todo el tiempo y en todas formas y tamaños. Pueden ser dramáticas o sutiles, cortas o largas, apenas irritantes o completamente devastadoras. Pueden hacernos sentir miedo o incertidumbre, u hostilidad o frustración o impaciencia, cuando las cosas no van de la forma que nos gustaría, o la gente a nuestro alrededor no se esta comportando de la forma que nos gustaría. Básicamente, podemos decir que estamos experimentando una prueba o tribulación cuando nos sentimos presionados, y nos hace responder de acuerdo a nuestra carne en vez de responder de acuerdo al Espíritu de Dios o cuando las circunstancias o la gente nos hace sentir preocupados, ansiosos o inciertos sobre nuestras metas, nuestro futuro o nuestros amados.

Resuelve que el resultado de la prueba o tribulación será para tu propio bien

Entonces si podemos correctamente percibir cuando estamos experimentando una prueba o tribulación, no seremos sorprendidos; estaremos en posición de emplear todos los recursos que Dios nos ha provisto para tratar con tales desafiaos. Que nos lleva al segundo principio, que cuando nos encontramos con pruebas o tribulaciones, deberíamos comenzar a regocijarnos. Deberíamos regocijarnos no por lo que nos esta pasando, sino por lo que vencer a este desafío hará por nosotros. Causará que crezcamos espiritualmente, física y mentalmente y seremos mas fuertes. Dios quiere que seamos mas como Cristo. El Apóstol Santiago nos dice en Santiago 1:2:

Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando esteis en diversas tentaciones; Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia. Santiago 1:2, 3

Santiago nos esta diciendo que hagamos lo que no viene normalmente o fácilmente. Nuestra carne no desea regocijarse. Podrías protestar, “no me siento para regocijarme.” Este el es punto. Para vencer cualquier prueba, o tribulación debemos caminar por fe, no por vista. No vamos por lo que vemos, escuchamos o sentimos, sino por los principios de la palabra de Dios y el liderazgo del Espíritu Santo. Cuando comenzamos a regocijarnos en el medio de una prueba, desatamos fuerzas espirituales invisibles que nos ayudan. ¿Recuerdan la historia del rey Josafat en 2 Crónicas 20? Un gran ejército estaba en camino a Jerusalén. Entonces Josafat junto a la gente para orar por liberación. Y el Señor le respondió y les dijo que la batalla no era de ellos sino suya. Luego, la próxima mañana Josafat, el ejército y la gente marcho para ver la liberación de Dios. Y pusieron hombres delante del ejército para cantar. Y cuando el ejército oponente se aproximo, vean lo que sucedió cuando comenzaron a cantar alabanzas.

Y cuando comenzaron a entonar cánticos de alabanza, puso Jehová contra los hijos de Ammón, de Moab, y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros 2 Crónicas 20:22

El enemigo fue derrotado cuando ellos se regocijaron y cantaron alabanzas a Dios. El pueblo del reino de Juda no lo sabia, pero estaban utilizando fuerzas espirituales como Apocalipsis 12:11:

Y ellos le han vencido por … la palabra de su testimonio….

y Romanos 4:17:

… Dios, al cual creyó; el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como las que son.

Saben, cualquiera puede alabar al Señor después de una gran victoria. Pero son lo que confían en su Dios que pueden alabarle antes de que suceda el triunfo. No estamos siguiendo lo que podemos ver, escuchar o sentir de la realidad del mundo. Estamos aprendiendo a vivir de acuerdo a la realidad de Dios. Es una elección que podemos hacer. Aunque nos podamos sentir aplastados o ansiosos, elegimos regocijarnos porque estamos esperando algo mejor a pesar de nuestras circunstancias. Y piensa lo enojado que esta el diablo cuando en vez de ponernos nerviosos o ansiosos comenzamos a alabar a Dios y comenzamos a decir cosas positivas sobre el resultado de una prueba o tribulación. Oh, a el no le gusta nada. ¡Porque al regocijarnos podemos demostrarle que no nos puede vencer! Entonces cuando las pruebas y tribulaciones vengan nos tenemos que recordarnos de mantener una actitud de victoria en vez de una actitud de derrota. Podremos tomar a cargo de nuestro destino al regocijarnos. Anímate por la victoria que va a venir y por el desarrollo espiritual que esta teniendo lugar en tu vida. Estas avanzando en tu madurez espiritual.

Vencer el ego y los egoístas deseos de nuestra carne, busca realizar los propósitos de Dios en nuestra vida

Pero, si vamos a ver verdadero y permanente crecimiento espiritual en nuestra vida y victoria sobre nuestras circunstancias, entonces debemos tratar con los deseos de nuestra carne. Entonces este en el tercer principio para tratar con las pruebas y tribulaciones, es vencer el ego y los deseos de nuestra carne. A menudo en situaciones como esta reaccionamos emocionalmente, de acuerdo a los deseos de nuestra carne, sin darnos cuenta que nuestro dilema no puede ser resuelto por medio de amenazas, hostilidad, preocupación o presión, sino más bien respondiendo en fe, demostrando el amor de Cristo y caminando de acuerdo al Espíritu de Dios. El Apóstol Pablo hace una lista de las obras de la carne en Gálatas 5:16-21

Digo pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisieres. Mas si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Pablo agrega en Romanos 8:

Porque los que viven conforme a la carne, se ocupan de las cosas que son de la carne; mas los que conforme al espíritu, de las cosas del espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte; mas ocuparse del espíritu, es vida y paz: Así que, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Romanos 8:5, 6, 8

 

Pablo dice que vivir de acuerdo a la carne es una forma de pensar. Es una forma de pensar que es contraria a Dios y a su palabra. Entonces esos impulsos que sentimos en tiempos de presión no son la mejor manera de responder. Después en Romanos 8 Pablo nos recuerda que somos más que vencedores. Entonces necesitamos vencer nuestra carne. En vez de seguir sus impulsos debemos caminar de acuerdo al Espíritu de Dios.

Jesús nos dijo en Juan 6:63, “El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu y son vida.” ¿Como podemos aprender a caminar de acuerdo al Espíritu de Dios? Al caminar de acuerdo a la palabra de Dios. Al continuar caminando de acuerdo a la palabra de Dios, nuestros pensamientos se alinearan con los pensamientos de Dios y nuestros caminos se alinearan con nuestros caminos, cuando aprendamos que podemos poner nuestra carne en sujeción al Espíritu de Dios, entonces somos libres de los impedimentos que tratan de desanimarnos de seguir la voluntad de Dios y estaremos listos para recibir la sabiduría que necesitamos para vencer las pruebas o tribulaciones, lo que nos trae al punto cuatro.

Pídele sabiduría a Dios

En vez de seguir los deseos de la carne, necesitamos orar. En una prueba o tribulación a menudo oramos por liberación, pero no reconoceremos que Dios espera que juguemos un rol en nuestra liberación, que aprendamos a responder correctamente y que nos volvamos más fuertes. Si Dios nos liberara instantáneamente de cada prueba o tribulación nunca creceríamos. Lo que deseamos hacer para el punto 4 es orar por orientación y sabiduría para tratar con la prueba o tribulación como el Apóstol Santiago nos dice en Santiago1:

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada. Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra. No piense pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor. El hombre de doblado ánimo es inconstante en todos sus caminos. Santiago 1:5-8

Santiago nos recuerda que no importa cuan difíciles sean las circunstancias, Dios siempre nos ofrece su guía. Sus caminos, como vemos son mas altos que nuestros caminos. El tiene ideas y soluciones de las que nunca hubiéramos pensado. Sin embargo, a menudo nos olvidamos de pedirle orientación a Dios. En su lugar, tratamos de manejar las cosas a través de nuestro propio conocimiento y entendimiento. Pero esto no siempre tiene el éxito que desearíamos. Nosotros no tenemos conocimiento o ideas perfectas. Pero el Señor tiene todo el conocimiento y las ideas que necesitamos. Y el esta dispuesto a compartir con nosotros. Todo lo que tenemos que hacer es pedir, en fe, sin pensar que El no nos va a responder.

Cuando Dora y yo comenzamos nuestro ministerio aquí en Mar del Plata, solicitamos una Licencia para negocios y necesitábamos que la señora que nos alquila nos provea de una información. Ella se negó. Estaba preocupada que nuestra actividad trajera mucha gente a su propiedad. Cuando esto sucedió, me preguntaba si debía presionarla para lo que necesitábamos. Pero el Señor me dio guía, que deberíamos ser pacientes e ir lentamente, que pronto sus temores disminuirían y ella nos proveería de la información sin crear mucha tensión. Finalmente ella nos dio lo que queríamos. Todo salio bien porque seguimos la guía de Dios.

Guarda tu corazón

Así, en cualquier situación podemos ganar todas las ideas que necesitamos si buscamos al Señor por orientación. Tomamos la guía de Dios y la aplicamos mientras permanecemos estables y calmos. No tenemos que permitir que las preocupaciones o las dudas vengan a nuestro corazón y nos abrumen con temor, lo que nos trae al paso cinco: Debemos guardar nuestros corazones como nos dice Salomón en Proverbios 4, porque de el mana la vida:

Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón. Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a toda su carne. Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. Proverbios 4:20-23

Un manantial es la fuente o el punto de comienzo para lo que se produce en nuestras vidas. Es del corazón que desarrollamos las actitudes que gobiernan nuestras vidas. Jesús expande nuestro entendimiento de este principio en Lucas 6:43-45. El dijo:

Porque no es buen árbol el que da malos frutos; ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol por su fruto es conocido: que no cosechan higos de los espinos, ni vendimian uvas de las zarzas. El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca.

 

Nuestra habilidad para visualizar o imaginar esta en nuestros corazones. A menudo cuando vienen las pruebas y las tribulaciones tenemos la tendencia a imaginar que lo peor podría suceder. Unos amigos nuestros, una pareja de misioneros, nos dijeron que otra familia de misioneros, la esposa tenia el temor de que morirían mientras viajaban en un país extranjero. Y eso es justamente lo que sucedió; toda la familia murió en un accidente de avión. Jesús explica que lo que se produce en nuestras vidas viene del contenido de nuestros corazones. Cualquier cosa que este en abundancia en nuestro corazones y es hablado por nuestras bocas, es lo que conseguimos. Es por eso que tengo un mensaje titulado: Confesiones, siempre tenemos lo que decimos.

Es necesario que nosotros guardemos nuestros corazones, de mantener fuera cosas como la duda, aflicción, pánico, ansiedad, depresión y temor.

¿Como guardamos nuestros corazones? Pedro nos dice que echemos todas nuestras preocupaciones: “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros,” 1 Pedro 5:7. Transferimos la responsabilidad de nuestra ansiedad a Dios y se lo dejamos a El. Es como cuando Dora recibe una cuenta, me la da a mí y yo la tengo que pagar.

Pablo nos dice que guardemos nuestros corazones utilizando la paz de Dios: “Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús,” Filipenses 4:6, 7.

Entonces es a través de la oración que transferimos nuestras preocupaciones a Dios y le agradecemos por la respuesta. No necesitamos orar una y otra vez, mas bien cuando nos sentimos ansiosos sobre nuestra prueba o tribulación, solo le agradecemos por resolver nuestra situación y recibimos su paz por fe.

Y Jesús explica que es de la abundancia del corazón que habla la boca (Lucas 6:45). Entonces mantenemos nuestros corazones llenos de la palabra de Dios, entonces no habrá lugar para las dudas o temores cuando tratan de entrar.

Desarrolla la actitud correcta que te llevara hasta el final de la prueba o tribulación

Luego para el paso seis, necesitamos desarrollar la actitud correcta. De lo que esta en nuestro corazón desarrollamos actitudes que gobiernan nuestra conducta. Y nuestras actitudes y conductas nos llevaran hasta el final de nuestras pruebas o tribulaciones. ¿Cuales son las actitudes correctas que deberíamos mantener hacia Dios, hacia otros y hacia aquellos que nos han hecho daño? ¿Es correcto pensar que Dios esta tratando de causarnos problemas por la prueba que estamos pasando? No, como dijimos antes, Dios esta de nuestro lado y quiere vernos salir victoriosos de esta prueba o tribulación. ¿Que de nuestra actitud hacia otros? Pablo nos dice en Filipenses 2:

Nada hagáis por contienda ó por vanagloria; antes bien en humildad, estimándoos inferiores los unos a los otros: No mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada cual también a lo de los otros. Filipenses 2:3, 4

En tus pruebas y tribulaciones no te olvides de que otros todavía son importantes. Trátalos especialmente, como si fueran más importantes que tu mismo. Estarás demostrando el amor de Cristo. Y eses amor volverá a ti. ¿Y cual seria la actitud hacia aquellos que te ha hecho mal? Jesús nos enseña en Lucas 6:27, 28:

… Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.

No debemos permitirnos ser vencidos por el mal. Esto es, no imitamos los caminos de aquellos que hacen lo malo. En su lugar respondemos al mal haciendo el bien: orando, realizando buenas obras y bendiciendo aquellos que nos hicieron mal, no necesariamente porque lo sintamos así, sino por obediencia a Cristo. No vamos por lo que vemos. Estamos viviendo en victoria ahora, antes de ver nuestra salida.

Haz una declaración positiva sobre tu situación

Así estamos guardando nuestros corazones, llenándolos con la palabra de Dios y desarrollando la actitud correcta, ¿pero que sobre nuestras bocas? ¿Deberíamos quejarnos sobre nuestras circunstancias o maldecir? Necesitamos hablar positivamente sobre el resultado de nuestras circunstancias. Jesús dijo en Marcos 11:23:

Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.

Jesús nos dice que lo que creemos y hablamos, lo que sale de nuestra boca es lo que sucede en nuestras vidas. Así, lo que decimos sobre nuestras circunstancias es importante. Entonces dejemos de llamar como cosas que ya son. Hagamos como Dios en Romanos 4:17: Dios llama las cosas que no son, como si fuesen. Esta es la ley de confesión. Es como cuando Dios dijo en Génesis 1 “Hágase la luz” y fue la luz, entonces comencemos a llamarnos: el sanado, el liberado el victorioso!

Persevera

Finalmente, necesitamos reconocer que nunca nos tenemos que dar por vencidos; debemos siempre perseverar. El Apóstol Santiago nos dice:

Mas a vosotros los que oís, digo: Hermanos míos, tomad por ejemplo de aflicción y de paciencia, a los profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y piadoso. Santiago: 5:10, 11

El profeta Daniel tenía que perseverar. El busco al Señor por una respuesta por el destino de Jerusalén después de que había sido conquistado por Persia. En Daniel 10 leemos que Dios envió un ángel en respuesta, el mismo día que Daniel comenzó a orar. Pero el ángel fue demorado por 21 días por un demonio, el príncipe del reino de Persia. Pero si Daniel se hubiera dado por vencido, el no hubiera recibido la respuesta a esta cuestión. José persevero también. El nunca perdió la esperanza del sueño que Dios había puesto en su corazón. Aun cuando se encontró decepciones y contratiempos, el no se rindió. Sucedió que mientras el no veía progreso alguno en su situación, Dios había estado trabajando detrás de la escena. Nosotros tampoco tenemos que rendirnos porque en respuesta a nuestra fe Dios esta haciendo que las cosas sucedan detrás de la escena. Justo como cuando Dora y yo nos conocimos. Dios había estado trabajando detrás de la escena obteniendo todas las condiciones necesarias que se alinearan. Dora había estado viviendo en Esquel por siete años y yo había vivido en Belice por seis años. Los dos habíamos sido obedientes a la voz de Dios, para que estuviéramos en el lugar correcto en el tiempo indicado para que nuestras vidas se cruzaran.

Vos también debes perseverar si deseas lograr la victoria que Dios tiene guardada para ti.

Nada de valor se logra sin perseverancia.

Entonces aquí tienes los principios de la palabra de Dios que te fortalecerá y guiara cuando las pruebas y tribulaciones vienen:

  • Reconocer que cualquier evento o problema que estas enfrentando es una prueba o tribulación.
  • Resolver que el resultado de la prueba o tribulación será para tu propio bien y comienza a regocijarte.
  • Vence al ego y los deseos de la carne, busca de lograr el propósito de Dios en tu vida.
  • Pídele visión a Dios
  • Guarda tu corazón
  • Desarrolla la actitud correcta que te llevara hasta el fin de tu prueba o tribulación.
  • Haz una declaración sobre tu situación.
  • Y persevera

Como José nosotros también podemos vencer las pruebas y tribulaciones que estamos enfrentando. Todos encontraremos dificultades y penurias en la vida, pero solo aquellos que aprenden a responder correctamente obtendrán la victoria que Dios tiene esperando para nosotros. Podremos realizar nuestros sueños que Dios ha planeado en nuestros corazones y realizar nuestros destinos cuando entendemos que lo que sucede en nuestro interior es más importante de lo que nos sucede en el exterior. Nuestra tarea cuando vienen las pruebas y tribulaciones no es correr a esconderse sino de estrechar nuestra fe, vencer nuestra carne y mantenernos en línea con los principios de la palabra de Dios. Entonces cuando somos victoriosos, cuando hemos demostrado que estamos firmes en las pruebas o tribulaciones entonces viene la promoción. Dios nos lleva a lugares, posiciones y oportunidades que no hemos alcanzado por nosotros mismos. José no llego a ser primer ministro de Egipto a través de su propia inteligencia o plan. El fue primer ministro por su obediencia y fidelidad, Pedro nos dice, “Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce cuando fuere tiempo,” 1 Pedro 5:6. Cuando nos ponemos bajo el gobierno de Dios y seguimos sus principios entonces podemos esperar que el traiga nuevas oportunidades y nuevas posiciones de responsabilidad para nosotros. Vos también experimentaras promoción al desarrollar el conocimiento y habilidad para manejar pruebas y tribulaciones cuando vienen a tu vida.Amen.

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