Dios desea ser tu manantial

Todos necesitamos fuentes de recursos

Hoy queremos hablar sobre las fuentes de recursos de los que dependemos para vivir. Todos necesitamos fuentes en nuestras vidas. Una fuente, o manantial es algo que no podemos producir por nuestros medios. Por ejemplo, en tu casa, si quieres estar calentito durante el invierno, necesitas una fuente de energía. Afortunadamente, muchos de nosotros tenemos acceso al gas para nuestros calefactores. Esa línea de gas viniendo a tu casa es un de tus fuentes. Muchos de nosotros también tenemos fuentes de agua y servicios de energía eléctrica. Y muchos de nosotros tenemos una fuente de comunicación a través de nuestros teléfonos. Fuentes como estas hacen mejor nuestras vidas, agradables y productivas.


¿Cuales son los diferentes manantiales disponibles para nosotros?

Ya que entendemos la importancia de las fuentes, pensemos por un momento sobre las muchas fuentes para nuestras vidas. Por ejemplo, todos nosotros necesitamos una forma de ingresos financieros. Para mucha gente un trabajo es su fuente de ingresos. Y aquellos que son propietarios de negocios, sus negocios son su fuente de ingresos. Cuando necesitamos alimentos, ¿a que fuente acudimos? Vamos al mercado. Y algunas personas producen alimentos a través de sus granjas o huertas. Cuando estamos enfermos los doctores o farmacéuticos son la fuente de recuperación para nosotros. Para algunos el gobierno en su fuente de recursos para un número de cosas. Tal vez trabajan para el gobierno o reciben una pensión. Son también una fuente de otros servicios que ayudan a mantener una sociedad ordenada. Las personas en nuestras vidas son también fuentes para nosotros. Para los niños, los padres son su fuente; su fuente de nutrición, amor, guía, protección, y apoyo. Para mucha gente una mascota es una fuente de seguridad y compañía. Un esposo es una fuente de amor, apoyo y cuidado para su esposa, y una esposas es una fuente de amor, apoyo y consejo para su esposo. Amigos, vecinos y asociados son también fuentes para nosotros también; nos pueden proveer de amistad, conocimiento y cooperación. Si juegas un deporte como el fútbol, tus compañeros son una fuente de ánimo y asistencia para lograr la victoria sobre los equipos oponentes.


Desconexión de nuestras fuentes crea dificultades

Tendiendo acceso a todas estas fuentes mejora nuestras vidas haciéndolas mas agradables, satisfactorias y productivas. ¿Pero que pasa cuando algunas de las fuentes son interrumpidas o desconectadas? Una vez, mientras estaba viviendo en la ciudad de Corozal, Belice, un camión llevando cañas de azúcar tiro los cables de electricidad de la casa en la cual estaba viviendo. De pronto estábamos desconectados de la fuente de corriente eléctrica. Sin ella la comida en la heladera se echaría a perder, y tampoco podría prender el ventilador para estar fresco a la noche. Afortunadamente el dueño de la casa, que vivía arriba, pudo llamar a un electricista quien nos proveyó de una conexión temporaria de electricidad para aquella noche. Y luego al día siguiente nuestra conexión eléctrica se restableció.
Así, entendemos que cuando hay una desconexión en nuestras fuentes, la vida se hace más difícil. Tenemos que hacer las cosas manualmente, usualmente con menos eficiencia y menos efectividad, como lavar nuestra ropa a mano o tomar una ducha con agua fría. En Abril del 2005 cuando vivía en Belice, Dora y yo planeábamos casarnos y mientras estábamos planeando la boda, la compañía de teléfonos en Belice estaba tratando con una huelga de trabajadores que llevo a cortar el servicio de teléfonos en todo el país. Planear la boda se hizo difícil porque no podíamos usar los teléfonos para contactar aquello que participarían en ella; tuvimos que ir a visitarlos en sus casas. Tal es el caso cuando estamos desconectados de nuestras fuentes.

Y es por eso que hay tanto disturbios, guerra, pobreza y descontento en nuestro mundo hoy. La gente ha estado desconectada de su única verdadera fuente que puede llenar cada una de sus necesidades, sueños y deseos. Dios el creador del universo, el es nuestra única verdadera fuente. El se revelo a si mismo a Abraham como El-shadai, el todo suficiente. El es el nuestra fuente esencial para todas nuestras necesidades físicas, emocionales y espirituales. Esta es la forma que el siempre quiso ser. Todas las demás fuentes que vemos son finitas y limitadas. Están sujetas a escasez e interrupciones. Pero el manantial de suministro de Dios no tiene limitaciones. Es como cuando vamos a la playa y vemos al Océano Atlántico. Todo lo que vemos son kilómetros y kilómetros de agua. Esta es la clase de provisiones que tiene el Señor; una provisión tan grande que no podemos comprender.


Muchos no conocen Dios como su fuente

Aquellos que no conocen a Dios como su fuente buscan llenar sus necesidades a través de sus propios esfuerzos. Muchos cristianos caen en esta categoría. Conocen a Dios y su palabra pero han estado engañados por el sistema del mundo con el pensamiento que de que deben depender en las fuentes de recursos humanas y en esfuerzos humanos para satisfacer sus necesidades y deseos. Este es la forma de pensamiento del mundo. Piensas que si trabajan lo suficiente y son lo suficientemente inteligentes con las condiciones favorables, entonces todas sus necesidades serán satisfechas. Pero, las cosas no siempre salen así. Porque hay fuerzas espirituales obrando en contra nuestra y están buscando robar y destruir lo que hemos logrado.


Jesús vino a reconectarnos con nuestra fuente

Pero hay un sistema diferente o una economía diferente que esta disponible para aquellos que conocen a Dios como su fuente y rinden sus vidas a su forma de hacer las cosas. Jesús vino a anunciar el arribo de esta nueva economía: En Marcos 1:15 Jesús dice:

“El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed al evangelio.”
El nos llama a creer en el evangelio de las buenas nuevas. ¿Que son las buenas nuevas? De acuerdo a Lucas 4:18,19 Jesús proclamo en la sinagoga en su pueblo de Nazaret:

“El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; Para pregonar a los cautivos libertad, Y á los ciegos vista; Para poner en libertad a los quebrantados: Para predicar el año agradable del Señor.”

Las buenas nuevas que Jesús vino a anunciar era la llegada del Reino de Dios, un reino que traería el fin de la pobreza, los corazones destrozados y la opresión. En su sermón del monte, en Mateo capítulos 5-7, Jesús diferencio como vivir de acuerdo al Reino de Dios sobrepasa vivir de acuerdo a los estándares de este mundo natural en el cual vivimos. El explico en Mateo 6:33 que aquellos que ponen como su primera prioridad la aplicación del Reino de Dios y la forma de Dios de hacer las cosas en sus vidas tendrían sus necesidades suplidas. Dios puede ser nuestra fuente. La condición que nos tiene separados de Dios, nuestro pecado y rebelión serian pronto resueltos y el camino a Dios estaría abierto para nosotros. Y que compartiremos su vida; su vida eterna con nosotros. Que no es solo una vida sin fin; es la clases de vida de Dios.


La abundancia puede ser producida en nuestras vida

Jesús les dijo a sus discípulos en Juan 10:10 que el vino a traernos una vida abundante; esa es la vida que sobreabunda. La abundancia no tiene lugar en condiciones de escasez o carencia. Sucede cuando hay excedente. No es algo que producimos por medio de nuestros propios esfuerzos sino al conectarnos a los recursos que están disponibles para nosotros cuando Dios es nuestro manantial. La abundancia es el privilegio de cada creyente, pero no es automático. Hay que reunir algunas condiciones. Hay prácticas y cualidades que debemos primero desarrollar y luego podremos vencer la escasez en nuestras vidas.

Por años yo viví sin Dios como mi manantial de recursos. Yo pase mucho sufrimiento por las deficiencias en mi vida y por mi inhabilidad para encontrar cambios. Desilusiones, rechazo y soledad a menudo me abrumaban. Al ver a los demás a mi alrededor me daba cuenta que ellos tenían recursos, se relacionaban con los demás, tenían oportunidades y propósitos para vivir que yo no tenia. Parecía que la vida me pasaba de largo. Como ven, porque no sabía lo que necesitaba hacer par que Dios fuera mi fuente, yo estaba atascado con lo que solo podía ver. Buscaba a otros como mi fuente. Pero era el lugar equivocado para buscar porque la gente nunca podrá satisfacer nuestras necesidades, deseos y sueños. El profeta Jeremías describe como es la vida para aquellos que no tiene a Dios como su fuente o manantial:
Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Pues será como la retama en el desierto, y no verá cuando viniere el bien; sino que morará en las sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada. Jeremías 17:5-6

Pero en contraste Jeremías declara el resultado cuando uno pone su confianza en Dios como su fuente.
Bendito el varón que se fía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto. Jeremías 17:7-8
Pero cuando uno tiene a Dios como su fuente, el o ella no están mas restrictos a lo que solo pueden ver. Me gusta contar la historia de cuando llegamos por primera vez a Mar del Plata y cuando experimentamos dificultades para encontrar una casa para alquilar. Después de algunos días de búsqueda pensamos que habíamos encontrado una casa y firmamos un contrato para alquilarla. Pero sucedió que esta casa todavía no estaba disponible para alquilar. Así que continuamos buscando, encontramos otra casa, pero también nos dijeron que no la podíamos alquilar. Estábamos muy frustrados porque continuábamos buscando lo que podíamos ver. Estábamos buscando a otros que fueran nuestra fuente y nos fallaron. Pero si hubiéramos estado operando con Dios como nuestra fuente, entonces estaríamos libres de toda la frustración. Si hubiéramos estado operando con Dios como nuestra fuente hubiéramos primeramente buscado al Señor para que nos instruya. Y si el nos hubiera dicho: “Quiero que ustedes vivan en Mar del Plata” entonces hubiéramos buscado una casa hasta que la encontráramos y no nos hubiéramos preocupado y nunca hubiéramos dudado porque Dios quería que vivamos allí, entonces el haría que una casa estuviera disponible para nosotros.

En nuestro caso, Dios puso una casa disponible para nosotros. Todo lo que teníamos que hacer era ser persistentes. No necesitábamos dudar, preocuparnos y darnos por vencidos. Solo ser pacientes y mantener nuestra confianza en el Señor. Entonces en el tiempo apropiado, el nos guiaría a nuestra casa.
Cuando paramos de prestar atención solamente a las cosas que podemos ver, entonces podemos estar abiertos para lo que el Señor desea realizar en nuestras vidas. En 1 Corintios 2:9,10 el Apóstol Pablo nos recuerda que el Señor tiene grandes cosas guardadas para nosotros:

Antes, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que ha Dios preparado para aquellos que le aman. Empero Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu…

Y Pablo nos dice en Romanos 8:32:

El que aun á su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?


Grandes cosas hay guardadas para nosotros

No acepte que la vida me pasara de lado, porque Dios tiene grandes cosas en mente para mí. Y tiene grandes cosas en mente para ti también. Más de lo que te puedas imaginar. Pero hemos estado operando sin el conocimiento correcto. A través del profeta Oseas, Dios dice que su pueblo es destruido por falta de conocimiento. Esto es porque hemos sido criados para imitar las formas del mundo y hemos seguido su forma de pensar. Sin embargo, para cambiar esto necesitamos renovar nuestras mentes a la verdad de que Dios desea ser nuestra fuente, nuestro manantial de recursos.


Tenemos el plan de Dios para nosotros en su palabra

Es por eso que nos dio su palabra que ahora tenemos en la Biblia. Su palabra es más que un recuento de los eventos del pasado. Es más que un libro de religión e instrucciones morales. Es la proclamación de la voluntad de Dios para la tierra y su pueblo que se pone en efecto:

  • Cuando obedecemos su palabra
  • Cuando reunimos sus condiciones
  • Y cuando ponemos nuestra confianza en lo que Dios dice en vez de lo que vemos o escuchamos del mundo.

Por ejemplo, en Mateo 6 Jesús dijo a sus discípulos que no estén ansiosos por su comida, bebida y ropa sino,
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33
Esto va en contra de la mentalidad del mundo que busca de llenar primero sus propias necesidades. ¿Pero que significa buscar el Reino de Dios? Bueno, un reino es un lugar donde

  • Un rey ha sido instalado como un líder soberano
  • Los súbditos le dan honor, lealtad y cooperación
  • Las leyes y los principios establecidos por el rey son mantenidos, obedecidos y respetados.

Jesús luego explica en Lucas 17:21, que “el Reino de Dios esta entre ustedes.” Así, hasta que Jesús regrese a gobernar y reinar a la tierra como Rey en el trono de David en Jerusalén, el tiene la oportunidad de gobernar y reinar en cada uno de nuestros corazones, si rendimos nuestra lealtad a el cada día y aplicamos las leyes y principios de su reino que encontramos en su palabra. Si miramos el significado de la palabra Hebrea “buscar” encontramos que significa “investigar”. Así, una de las formas que seguimos para cumplir la tarea de buscar el Reino de Dios es que nosotros continuamente estudiemos, investiguemos y apliquemos los principios que encontramos en la palabra de Dios.

Si, La palabra de Dios es una parte integral del proceso de encontrar los recursos de Dios. Escuchen lo que Jesús explico en Juan 15 de cómo podemos obtener nuestra provisión de el al permanecer en el y su palabra:
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer. El que en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los cogen, y los echan en el fuego, y arden. Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. Juan 15:4-7
Jesús esta diciendo que el es nuestro manantial. Debemos permanecer o atenernos a el; tenemos que estar en unión con el. Ven, Jesús es una persona y desea una relación personal con cada uno de los miembros de su cuerpo. Seria como lo que haces cuando tienes el deseo de estar en contacto con un amigo cercano o un familiar. Estarías en constante contacto, pasándose uno al otro sus preocupaciones, necesidades, esperanzas, sueños, animo, pedidos e instrucciones. Así, nosotros estamos conectados con el cuando:

  • Hablando con el a menudo en oración
  • Leyendo, escuchando y meditando en su palabra
  • Escuchando y obedeciendo su voz
  • Adorando a Dios con canciones
  • Dándole a el gracias por su cuidado y provisión
  • Y uniéndonos con otros creyentes para compañerismo, enseñanza y adoración.

Cuando permanecemos en el de esta forma, el también permanece en nosotros. Cuanto mas nos damos a Jesús, mas de el tenemos en nuestro interior. Esto me recuerda de algo que Pablo dijo en Gálatas 2:20:

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mí: y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.
¿Estaba Pablo hablando sobre el resultado de permanecer en Cristo? ¿Que cuanto mas estamos en unión con el más asimilamos su palabra, meditando en ella y aplicándola, entonces Jesús gana mucho mas influencia sobre nuestros pensamientos, palabras y acciones? Pienso que si. A través de nuestra unión con Jesús y su Reino se hace grande dentro nuestro, el comienza a afectar a la gente y a las circunstancias a nuestro alrededor.

Si, Dios tiene que ser nuestro manantial a través de su Hijo, Jesús. Una vez que hemos desarrollado la habilidad de estar en unión con el y continuamos meditando en su palabra entonces estamos en una posición correcta. En posición para pedir lo que deseemos. ¿Porque Jesús nos hace una promesa tan generosa? Porque ahora el sabe que puede confiar en nosotros. El sabe que las cosas que buscamos no serán mal usadas, no podrán llevarnos lejos de el ni tampoco tomaran el lugar de Dios en nuestras vidas. Las cosas no nos poseerán. No hay persona, posesión o propósito en nuestras vidas que sean mas grandes que el.

El resultado es fortaleza en nuestras vidas. Fortaleza para lograr lo que sea que el Señor nos asigne para hacer y fortaleza en pedir lo que sea que necesitemos, el Apóstol Juan nos recuerda en 1 Juan 3:21,22:

Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él.

Mis hermanos y hermanas, es muy claro en la palabra que Dios desea ser nuestro manantial. Tenemos que parar de luchar y preocuparnos sobre las cosas que nos faltan. Nuestra tarea es de continuar desarrollando nuestra relación con el Señor, aprendiendo a escuchar y a obedecer lo que el nos dice que hagamos, aprendiendo a poner nuestra confianza en su palabra y esperando expectantes en el. Entonces veremos los obstáculos removidos de nuestra vida, oportunidades abiertas para nosotros, victorias ganadas y vidas cambiadas al Dios demostrar su poder en nuestras vidas.

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