El estilo de vida de dar

Si te sientes que a tu vida le falta propósito o significado, que hay algo que Dios quiere que hagas y no sabes que es, es posible que debieras intentar desarrollar el estilo de vida de un dador. La idea de dar a las personas no les puede sonar emocionante. Esta idea hará que te agarres más fuerte a tu dinero y posesiones. Pero espera, hay otra forma de mirar a la práctica de dar de la que nunca has pensado antes.

Primero que todo, el dar comienza con Dios. El lo comenzó. El dar es parte de la naturaleza de Dios. Por ejemplo:

Juan 3:16- “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”.

Romanos 5:8 – “Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”.

Dios nos ama y El demuestra su amor dando.

Segundo, Dios quiere que sigamos esta práctica:

Efesios 5:1-2 – “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados: Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave.”

Bien, Dios quiere que nos amemos unos a otros y que nos demos como Cristo lo hizo. Pero ahora viene la parte emocionante. Este es un principio importante que gobierna nuestro mundo. Es el principio de sembrar y cosechar. Entendemos como funciona esto. Una persona planta una semilla. Después de un tiempo esta semilla trae una cosecha. Una vez mientras Jesús estaba enseñando a sus discípulos El les dijo la parábola de la semilla:

Y les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? El que siembra es el que siembra la palabra. Y éstos son los de junto al camino: en los que la palabra es sembrada: mas después que la oyeron, luego viene Satanás, y quita la palabra que fué sembrada en sus corazones. Y asimismo éstos son los que son sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, luego la toman con gozo; Mas no tienen raíz en sí, antes son temporales, que en levantándose la tribulación ó la persecución por causa de la palabra, luego se escandalizan. Y éstos son los que son sembrados entre espinas: los que oyen la palabra; Mas los cuidados de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias que hay en las otras cosas, entrando, ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra, y la reciben, y hacen fruto, uno á treinta, otro á sesenta, y otro á ciento. Marcos 4:13-20

Aquí, Jesús enfatiza la importancia de sembrar y cosechar como un aspecto esencial de como trabaja Dios. En este caso, la palabra de Dios es sembrada. Luego una cosecha que rinde el treinta, sesenta o aun el ciento por uno. Y Jesús dijo otra parábola sobre sembrar y cosechar.

Decía más: Así es el reino de Dios, como si un hombre echa simiente en la tierra; Y duerme, y se levanta de noche y de día, y la simiente brota y crece como él no sabe. Porque de suyo fructifica la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; Y cuando el fruto fuere producido, luego se mete la hoz, porque la siega es llegada. Marcos 4:26-29

Aquí, Jesús nos dice que una vez que la semilla es plantada crece por si misma. No tenemos que entender como sucede. Solo tenemos que estar listos para cosechar cuando esta lista.

Pero, es más emocionante. Ves, algunos entenderán lo de la siembra y la cosecha, pero dirán que no tienen nada que sembrar. Sin embargo, ¡Dios ha cubierto esto también! Dios nos provee la “semilla” para sembrar

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, sino que harta la tierra, y la hace germinar y producir, y da simiente al que siembra, y pan al que come, Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá á mí vacía, antes hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Isaías 55:8-11

Si, Dios provee para nuestras necesidades, aun la necesidad de semilla para sembrar:

Filipenses 4:19 – “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme á sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”

Deuteronomio 8:18 – “Antes acuérdate de Jehová tu Dios: porque él te da el poder para hacer las riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día.”

Pero ahora, necesito detenerme por un momento y desechar la idea de que dar es solamente relativo al dinero y las posesiones. Cuando comenzamos a pensar acerca de desarrollar un estilo de vida de dar a otros veremos que hay muchas cosas aparte del dinero y las posesiones que nosotros podemos dar. Por ejemplo, podemos dar nuestro tiempo, podemos dar ánimo y guía. Hablare de esto mas tarde. Así que entendamos que dar no esta limitado a las cosas físicas que poseemos

Ahora de vuelta a nuestros puntos importantes:

  • El dar comienza con Dios; Dios nos dio.
  • Dios trabaja sembrando una semilla y luego juntando una cosecha.
  • Podemos demostrar el carácter de Dios, de amar, dando.
  • Tenemos más cosas que dar que dinero y posesiones.
  • Dios nos provee la semilla para sembrar.

Aquí, necesitamos reconocer que a menudo recibimos cosas de Dios que podemos usar para semilla que podemos sembrar en la vida de otros. Por ejemplo, una vez visite a un amigo en su casa. Mientras estaba allí el me dio una bolsa con mangos. Así que yo tenía inesperadamente una cosecha. Reconociendo esto, sabia que debo tomar parte en mi cosecha de mangos, y di algunos de ellos, esta seria mi semilla.

Esta es otra cosa emocionante del estilo de vida de dar. Tomamos algo de lo que Dios nos ha dado y la sembramos como una semilla. Luego, después, juntamos una cosecha mayor de la que teníamos antes y tomamos algo de esta nueva cosecha y la damos como semilla. Y este proceso se repite una y otra vez. El resultado es que somos bendecidos por nuestro dar y otras personas son bendecidas al recibir el regalo. Y Dios es glorificado porque las necesidades de la gente son satisfechas. Como dice en Hechos 20:35 – “Más bienaventurada cosa es dar que recibir.”

Podemos resumir que dar es realmente compartir lo que hemos recibido de Dios. No todo lo que recibimos de Dios es para que lo agarremos y lo retengamos.

Mateo 6:19-21 – “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladronas minan y hurtan; Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan: Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.”

Tampoco Dios quiere que escondamos nuestros talentos debajo de una roca. Si queremos experimentar a Dios trabajando en nuestras vidas no deberíamos en ser descuidados en sembrar en la vida de otros. El apóstol Pablo nos enseña acerca de esto:

Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ó por necesidad; porque Dios ama el dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; á fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda buena obra: Como está escrito: Derramó, dió á los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da simiente al que siembra, también dará pan para comer, y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los crecimientos de los frutos de vuestra justicia; Para que estéis enriquecidos en todo para toda bondad, la cual obra por nosotros hacimiento de gracias á Dios. Porque la suministración de este servicio, no solamente suple lo que á los santos falta, sino también abunda en muchos hacimientos de gracias á Dios: Que por la experiencia de esta suministración glorifican á Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la bondad de contribuir para ellos y para todos; 2 Corintios 9:6-13

Si, cuando vivimos una vida de dar, Dios nos hará ricos en muchas maneras. Cuando nos llegue el turno seremos capaces de bendecir a otros. No debemos olvidar que lo que nos impulsa a dar es el amor cristiano.

1 Corintios 13:3 – “Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.”

Si no damos con la intención justa, nuestro dar no tiene valor. Y no demos por envidia o ambición egoísta para llamar la atención del mundo.

Mateo 6: 3,4 – “Mas cuando tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha; Para que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público.”

Ahora, entendemos la importancia de dar o sembrar. ¿A quienes debemos sembrar?

Podemos sembrar en las vidas de otros. Jesús dijo en Lucas 6:38 – “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno: porque con la misma medida que midiereis, os será vuelto á medir.” El nos dijo que diéramos. Noten que no especifico lo que teníamos que dar. Tampoco dijo la cantidad que deberíamos dar.

Aquí hay muchas cosas que puedes dar o sembrar:

  • Palabras de ánimo.
  • Un halago
  • Un oído que escucha.
  • Nuestro interés y atención.
  • Paciencia, misericordia o perdón.
  • Una sonrisa.
  • Una oración.
  • Un vaso de agua fría.
  • Alimentos.
  • Hospitalidad.
  • Tiempo.
  • Dinero.
  • Sabiduría, consejo, guía.
  • Aprecio.
  • La palabra de Dios, el Evangelio.
  • Estrechar la mano a alguien.
  • Un abrazo.
  • Un beso.
  • Cosas materiales.
  • Ayuda, servicio.
  • Sanidad.
  • Cortesía.

No hay límites para aquellos cuyo deseo es de desarrollar un estilo de vida de dar. Puedes salir de tu casa en la mañana y darle algo a cada persona que encuentras durante el día. Si haces esto, entonces prepárate para recibir una cosecha. No sabes cuando ni como vendrá, pero la recibirás.

.Proverbios 21:21 – “El que sigue la justicia y la misericordia, Hallará la vida, la justicia, y la honra.”

Podemos sembrar a Dios:

Gálatas 6:7,8 – “No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.”

Sembramos en el espíritu cuando pasamos tiempo con el Señor; cuando le adoramos y alabamos.

Y podemos sembrar a nosotros mismos. Pero tenemos una elección aquí si sembramos a nuestra naturaleza pecaminosa, esto es hacer cosas que son complacientes con la carne: Pablo hace una lista de los hechos de la carne en:

Gálatas 5:19-21 – “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.”

O podemos sembrar en nuestra naturaleza espiritual a través de la oración, estudio de la Biblia, meditación y alabanza.

¿Cuando deberíamos sembrar? En cualquier momento, aun cuando estamos experimentando pena.

Salmos 126:5-6 – “Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa simiente; Mas volverá á venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”

Entonces termino ahora preguntándote, ¿estas haciendo uso de las semillas que Dios te ha dado a ti? Recuerda las palabras de Jesús:

Lucas 16:10-12 – “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las malas riquezas no fuísteis fieles. ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?

Te desafío a ser fiel con tu semilla y a desarrollar un estilo de vida de dar. Encontraras que es emocionante dar. Dios es el proveedor de tu semilla y te va a dirigir donde sembrarla.

Recuerda las palabras del apóstol Pablo: Gálatas 6:9 – “No nos cansemos, pues, de hacer bien; que á su tiempo segaremos, si no hubiéremos desmayado.”


El primer paso en llevar a cabo el plan de Dios en nuestras vidas es recibir el regalo de la vida eterna. Si no has recibido la vida eterna, pídele a Dios ahora mismo para que te la conceda por medio de la fé: “Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia; mas con la boca se hace confesión para salvación,” Romanos 10:9-10. Haz esta oración creyendo en tu corazón:

Señor Jesús:
Ahora me arrepiento de mis pecados y me vuelvo a tí. Creo que moriste en la cruz por mi y resucitaste de la muerte para pagar el precio de mis pecados. Recibo ahora el regalo de la vida eterna y te recibo como Señor de mi vida. Gracias Jesús.

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